martes, 25 de noviembre de 2008

Los médicos II


Paracelso

Philippus Aureolus Bombast von Hohenheim, conocido como Teofrasto Paracelso (n. en Zúrich, Einsiedeln, 10 de noviembre de 1493Salzburgo, 24 de septiembre de 1541), fue un alquimista, médico y astrólogo suizo. Fue conocido por haber logrado la transmutación del plomo en oro mediante procedimientos alquimistas y por haberle dado al zinc su nombre, llamándolo zincum.
El nombre Paracelso (Paracelsus, en latín), que escogió para sí mismo y por el que es generalmente conocido, significa «superior a Celso», un médico romano del siglo I.

Biografía
Nació en Einsiedeln (Suiza), hijo del médico y alquimista suabo Wilhelm Bombast von Hohenheim. Su madre era suiza. Se educó en Suiza, y en su juventud trabajó en las minas como analista. Comenzó sus estudios a los dieciséis años en la
Universidad de Basilea, y más tarde en Viena. Se doctoró en la Universidad de Ferrara.
Estaba contra la idea que entonces tenían los médicos de que la
cirugía era una actividad marginal relegada a los barberos.
Sus investigaciones se volcaron sobre todo en el campo de la
mineralogía. Viajó bastante, en busca del conocimiento de la alquimia. Produjo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la lucha del cuerpo contra la enfermedad. Otro aporte a la medicina moderna fue la introducción del término sinovial; de allí el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones. Además estudió y descubrió las características de muchas enfermedades (sífilis y bocio entre otras) y para combatirlas se sirvió del azufre y el mercurio. Se dice que Paracelso fue un precursor de la homeopatía, pues aseguraba que «lo parejo cura lo parejo» y en esa teoría fundamentaba la fabricación de sus medicinas.
Lo que le importaba a él en primer lugar era el orden cósmico, que encontró en la tradición astrológica. La doctrina del Astrum in corpore es su idea capital y más querida. Fiel a la concepción del hombre como microcosmos, puso el firmamento en el cuerpo del hombre y lo designó como Astrum o Sydus. Fue para él un cielo endosomatico cuyo curso estelar no coincide con el cielo astronómico sino con la constelación individual que comienza con el «Ascendente» u horóscopo.
Se le atribuye la paternidad del término
Espagiria.
Uno de los principios de Paracelso fue: «Únicamente un hombre virtuoso puede ser buen médico»; para él la medicina tenia cuatro pilares:
1. Astronomía.
2. Ciencias naturales.
3. Química.
4. El amor.
Introdujo el uso del
láudano. Su principal libro fue La gran cirugía (Die Grosse Wundartzney).
A pesar de que se ganó bastantes enemigos, y obtuvo fama de mago, contribuyó en gran manera a que la Medicina siguiera un camino más
científico y se alejase de las teorías de los escolásticos.
También aportó datos alquímicos. A Paracelso le atribuimos la idea de que los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua) pertenecían a criaturas fantásticas que existían antes del mundo. Así pues, la tierra pertenecería a los gnomos, el agua a las nereidas (ninfas acuáticas), el aire a los silfos (espíritus del viento) y el fuego a las salamandras (hadas de fuego).
Igualmente, Paracelso aceptó los temperamentos galénicos y los asoció a los cuatro sabores fundamentales. Esta asociación tuvo tal difusión en su época que aún hoy en día, en lenguaje coloquial, nos referimos a un carácter dulce (tranquilo, flemático), amargo (colérico), salado (sanguíneo, dicharachero) y el carácter ácido pertenecería al temperamento melancólico.

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